Cronicas Chaqueñas

La diputada nacional dijo que encarcelan a su hijo para que ella se calle, y aseguró que es víctima de una persecución política que busca sacarla del campo político y que la misma maniobra le impidió su reelección. "Este gobierno tiene una mano negra para tapar muchas cosas".
La diputada nacional chaqueña, por el Frente Para la Victoria, Gladys Soto, dijo ayer que “hay una mano negra” en el Gobierno de Capitanich, que busca perjudicarla involucrando a su hijo en cuestiones delictivas de las que después la Justicia termina sobreseyéndolo. Esto, en relación a la detención de su hijo, Facundo Campos, acusado de “intento de homicidio” tras ser sospechado de haber participado en un tiroteo hace diez días.
La legisladora dijo que “evidentemente hay gente que tiene interés en que no se descubran muchas cosas” que ella está investigando. En oportunidades anteriores había asociado las imputaciones a su hijo con su investigación sobre “los policías involucrados en la última dictadura militar” o quienes aún hoy utilizaban y aplicaban los mismos métodos y torturas. A todo esto, esta vez le agregó que hay intereses creados en torno al narcotráfico que opera en pistas clandestinas de aviación en nuestra provincia.

Según Soto, su colaboración con Claudio Izaguirre, de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, hoy le vale tener a su hijo preso, y lo justificó diciendo que hay otros dos jóvenes que estuvieron en el mismo tiempo y lugar que su hijo y sin embargo la Justicia no los ha tenido en cuenta.

“Todos los testigos dicen que él estuvo ahí pero tampoco nadie lo reconoce, los vecinos dijeron que él estuvo en el lugar del hecho pero estas denuncias son de familiares del chico herido”, dijo la legisladora y sospechó que “acá hay algo que hace que el único involucrado sea mi hijo”. De todos modos, dijo que todo es cuestión de tiempo, ya que asegura que su hijo será sobreseído “como todas las otras veces que lo acusaron; no tiene antecedentes, nada”, remató.

Gladis Soto acusó a los funcionarios judiciales y policiales de “buscar protagonismo”, y explicó que “no es lo mismo que el implicado sea el hijo de doña Rosa a que sea el hijo de una diputada nacional”.

Lo torturó el gobierno peronista
La legisladora tuvo duros cuestionamientos hacia el gobierno provincial y acusó: “A mi hijo lo metieron preso y le pegó la Policía en el gobierno del peronismo”, y analizó que, “aunque no correspondiera, podría entender que haya encono hacia ella durante un gobierno de la Alianza, pero no ahora”. Además, subrayó que desde la asunción de Capitanich hasta ahora, en los sucesivos hechos en los que su hijo aparecía involucrado, a pesar de haber pedido audiencias insistentemente, sólo fue recibida por Jorge Alcántara, como ministro de Gobierno, que se comprometió a investigar pero el Gobernador lo sacó”. Y agregó: “Después vino Domingo Peppo, que era mi amigo pero terminó siendo peor que Matkovich para mí”. “Capitanich me prometió investigar pero hasta ahora ni siquiera me llamó”, resumió.

La diputada dijo que el último funcionario con el que habló del tema fue el ministro de Gobierno Juan Manuel Pedrini, que le prometió investigar pero que desde entonces ni siquiera intentó comunicarse con ella.

Hay droga en el medio
“Acá hubo dos funcionarios denunciados por consumo de droga, uno casi murió por sobredosis, y el jefe de la Policía salió a decir que él va a hacer una investigación y dará a conocer los nombres de los funcionarios pero hasta hoy estoy esperando”, dijo Soto asegurando conservar los artículos periodísticos sobre el tema: “Guardo todo lo que sale en los diarios porque no me sorprende que cada vez que se habla de droga los funcionarios del Gobierno miran para otro lado”.

“Salgo porque me cansé de que me golpeen”, dijo Gladis Soto y señaló que “algunos medios del oficialismo se prestan a los intereses del Gobierno en estas cuestiones”, y puntualizó que “en Canal 9 cuando quieren pasar algo, pasan a cada rato, y lo mismo el diario Norte que saca con alevosía tremenda, y titulan con las letras más grandes cuando deberían ir y ver cómo son los procedimientos”.

Por la diputación
Gladis Soto cree que mucho de lo que le ocurrió también tuvo que ver con una interna dentro mismo del Partido Justicialista, y recordó que cuando ella pretendió buscar su reelección como diputada nacional, el Gobernador le dijo que no era conveniente porque tenía problemas con su hijo. Pero reparó en que mientras ella era dejada de lado, su lugar era ocupado por Sandra Mendoza, la esposa del Gobernador que también estaba cuestionada por el episodio en el que destrozó seis vehículos oficiales y derrumbó paredes en la playa de estacionamiento de la Casa de Gobierno. “Primero se dijo que era un ataque de ira, pero después salieron con que era por su enfermedad”, dijo Soto, y comparó: “Todos sufrimos alguna enfermedad en algún momento, pero no hacemos lo que ella hizo”.

Analizando este aspecto, Soto dijo no tener dudas de que “se trata de un problema entre peronistas que lo tenemos que arreglar adentro del partido”.

El pueblo los va a castigar
“Mi hijo pudo haber cometido un error, pero eso no les da derecho a que lo torturen, pero acá se sigue torturando como en la dictadura y los que tienen que tomar medidas miran para otro lado y se hacen los distraídos”, admitió Soto. Y, paralelamente, advirtió que “el pueblo los va a castigar, como ya los castigó el 28 de junio en las urnas”. Según ella, el resultado electoral es una demostración de que la gente no confía plenamente en este Gobierno: “Cuando Peppo y Leiva decían vamos a poner 14 diputados, terminaron con 9 y con 16 a 16 en la Legislatura”.

“En este Gobierno hay mucha gente que no podría pasar jamás una interna como la que yo pasé”, dijo la legisladora y sospechó que el Gobierno se empeña en sacarla del campo político porque su relación con el Gobierno nacional y el kirchnerismo “es verdadera” y no está “disfrazada para obtener algún beneficio”. Según dijo, esto último es lo que observa en la Provincia, donde “muchos, además de no tener capital político, no tienen capacidad para proponer soluciones para una provincia que tiene un presupuesto compuesto en un 82 por ciento de fondos nacionales.