Cuando un gobierno dícese ser del pueblo debe ser responsable de brindar soluciones definidas a demandas tangibles, programas integrales a males estructurales, notorias propuestas para un desarrollo sostenible, que implique el crecimiento igualitario y justo de la sociedad en todos su niveles. En definitiva que atienda las necesidades y carencias que el pueblo espera y sustente una evolución donde todo seamos parte, promoviendo el bienestar general, tengamos asegurados los beneficios de la libertad y vivamos en armonía y en paz.Y esto es posible…? Sí, porque se lo llevo a cabo en un gobierno nacional con decisiones firmes que respondían a fortalecer el desarrollo de un país para invertir decididamente en las insuficiencias de la mayoría de un pueblo abandonado en su dignidad como ser humano, en contraposición de sectores favorecidos con políticas de estado que llevaban las riendas de la nación.
Ese gobierno del pueblo, diseñado a través de una plataforma, en base a los requerimientos indispensables para el genuino interés de la sociedad y crecimiento de un país, fue el del Dr. Arturo Umberto Illia, en homenaje a su 27º aniversario de su partida física, pero no de su ejemplo atemporal de hombre honesto, austero, comprometido, justo y cabalmente responsable de abocarse a desterrar las prácticas inhumanas e injustas.
Desde la Presidencia, Illia impuso un absoluto respeto por la Constitución y las leyes, los derechos y garantías fueron sostenidos; en lo económico revitalizó la economía, actualizó la legislación laboral, fortaleció como nadie la educación otorgándole mayor presupuesto, enfrentó al imperialismo extranjero con enorme convicción, anulando los contratos petroleros de entrega de nuestras riquezas, también neutralizo los monopolios farmacéuticos creando la Ley de Medicamentos para estimular la industria nacional y abaratar los costos, reactivación del aparato productivo (campo – industrias), impulsando el cooperativismo con beneficiosos resultados de los sectores más débiles.
En números, como gustan expresar algunas gestiones (nacionales – provinciales):
El PBI (producto bruto interno) tuvo un crecimiento importante de un 11%.
El desempleo cayó a la mitad de los altos índices de 1963 (más de un 10%).
El crecimiento de la producción industrial fue del 18,7% en 1964 y del 13,8% en 1965.
Invirtió el 22% del PBI en Educación e Investigación (el mayor en la historia de nuestro país hasta ahora).
Crecieron los salarios, disminuyo el costo de vida.
Pero pagaría con su derrocamiento esa defensa a ultranza de los intereses nacionales y del pueblo.
Ante este ejemplo real e incuestionable, en nuestra provincia del Chaco, donde el Gobierno es “del Pueblo”, no queremos llevarnos de arriba la irresponsabilidad o el mal gobierno. Si a nosotros, al pueblo, como expresa el slogan, le tocará la oportunidad de gobernarse creemos que no se engañaría o se mentiría así mismo porque se estaría dañando o perjudicando en su calidad institucional y en su calidad de vida.
Creemos que el pueblo en función de gobierno no se desnaturalizaría en primer lugar su cronograma de pago en tiempo y forma, en segundo lugar no se estaría produciendo cortes de luz y agua y en tercer lugar no se incrementaría las tarifas de los servicios de agua y luz rayando con un tarifazo.
Tampoco incurriría en el error de visión estratégica y tener a su pueblo en penumbras y sin agua por invertir en aerolíneas pocos productivos y que nada tiene de prioridad con la necesidad de garantizar el porvenir de una población.
Jamás se sometería a una situación riesgosa con la salud de sus hermanos y hubiese prevenido el dengue.
El pueblo gobernando no se estaría engañando en falsas promesas e inventando y sumando cualquier beneficio social o supuestas fuente de trabajos para decir que se cumplen con los 100.000 puestos de trabajos prometidos.
El pueblo jamás reprimiría el hambre y los reclamos por trabajo, salud y vivienda.
Si a esta provincia le estaría faltando recurso no entendemos el porque de la entrega de la explotación y comercialización del petróleo, si el pueblo gobernara estaría administrando los recursos genuinos de la provincia para solucionar todos los males históricos y no esperar las dulces promesas de que la reparación vendrá algún día.
Estamos convencido que el pueblo jamás estafaría al pueblo y mucho menos al sector más débil como lo son nuestros hermanos desocupados y vulnerables, de ningún modo se estarían apropiando de 2.787 tarjetas alimentarías y negándoles el acceso al alimento y mucho menos este pueblo estafaría al estado en 475.686 pesos.
En materia de seguridad, el pueblo estaría trabajando con mayor responsabilidad y buscaría reducir los índices de delincuencia, la inseguridad que reina no es una expresión de sensación, es tangible y real como los cortes de servicios, como el tarifazo, como la exposición al dengue, como el goteo de pago de salario, en definitiva los chaqueños vemos como se vuelan nuestros sueños, esperanzas y futuro en un cómodo y confortable asiento de Aerochasco.
Así que cuando gobierna la gente lo estaría haciendo mejor por su presente y su futuro, pero por sobre toda las cosas por que el Chaco merece más.
Resistencia, 20 de enero de 2010
