Luego de que se confirmara que el ministro de Gobierno, Domingo Peppo, está convaleciente porque habría sido infectado con dengue, los mosquitos que tomaron el Barrio Güiraldes de Resistencia y que planean dominar toda la ciudad reivindicaron el contagio al funcionario y lanzaron una fuerte advertencia, adelantando que ahora buscarán introducir el virus también en el gobernador de todos los chaqueños, Jorge Capitanich, y la ministra de Salud de la Nación, Graciela Ocaña.
"Peppo ya fue, ahora vamos por Coqui y La Hormiguita Viajera", dice en todo sarcástico un comunicado entregado anoche en esta redacción por cuatro aedes aegypti que llevaban los rostros tapados con pasamontañas. Hormiguita Viajera es el apodo que a Ocaña le obsequió Elisa Carrió cuando ambas estaban en el ARI y se querían.
La declaración lleva la firma Sigourney Agaronius, la temible líder del MRDA (Movimiento Revolucionario Dengoso Aegyptista).
Agaronius dice allí que la introducción del virus en el organismo de Peppo "fue una operación militar cuidadosamente planificada por el MRDA, que demostró así su gran capacidad estratégica y logística. Que tomen nota de ello los gobernantes humanos, antes de que sea demasiado tarde".
De acuerdo a lo que lugartenientes del MRDA comentaron a AN, el contagio al ministro de Gobierno se produjo el miércoles pasado, en lo que se denominó "Operación Comparsa Febril". Seis aedes vestidos como ninjas se introdujeron en Casa de Gobierno y llegaron al cuarto piso. Allí coimearon a un secretario, y pudieron acceder al ascensor que los ministros usan con exclusividad.
Los mosquitos, con ventosas colocadas en las patas, se instalaron en el techo del elevador. Cuando Peppo, pasadas las 22, ingresó al ascensor para retirarse a su departamento, los aedes esperaron el momento oportuno para actuar. El ministro hablaba por celular con Villa Angela, averiguando cómo marcha la organización del próximo carnaval, cuando dos guerrilleros aegyptistas bajaron hasta su nuca, y extrajeron de sus mochilas agujas hipodérmicas con la que inyectaron el virus.
Peppo pegó de inmediato un manotazo, que alcanzó parcialmente a los dos comandos. Uno de ellos murió al instante, aplastado. El otro, herido de gravedad, extrajo de su reloj una pastilla de cianuro con la que se quitó la vida, para evitar caer en manos de la Policía del Chaco y ser torturado hasta dar información sobre la ubicación de Sigourney Agaronius. Los cuatro aedes que observaban, huyeron e infomaron sobre la concreción del operativo.
Ayer, en el domicilio del ministro había un clima de profundo dolor y preocupación desbordada. Un hermano del funcionario dijo que la familia espera ansiosa el resultado de análisis enviados a Buenos Aires para saber si Peppo podrá o no bailar en los carnavales villaangelenses de 2010. En ese entorno, además, no se descarta que el ministro Aldo Leiva haya oficiado de "entregador", para posicionar mejor a los corsos de su propio municipio, General San Martín.
"Peppo ya fue, ahora vamos por Coqui y La Hormiguita Viajera", dice en todo sarcástico un comunicado entregado anoche en esta redacción por cuatro aedes aegypti que llevaban los rostros tapados con pasamontañas. Hormiguita Viajera es el apodo que a Ocaña le obsequió Elisa Carrió cuando ambas estaban en el ARI y se querían.
La declaración lleva la firma Sigourney Agaronius, la temible líder del MRDA (Movimiento Revolucionario Dengoso Aegyptista).
Agaronius dice allí que la introducción del virus en el organismo de Peppo "fue una operación militar cuidadosamente planificada por el MRDA, que demostró así su gran capacidad estratégica y logística. Que tomen nota de ello los gobernantes humanos, antes de que sea demasiado tarde".
De acuerdo a lo que lugartenientes del MRDA comentaron a AN, el contagio al ministro de Gobierno se produjo el miércoles pasado, en lo que se denominó "Operación Comparsa Febril". Seis aedes vestidos como ninjas se introdujeron en Casa de Gobierno y llegaron al cuarto piso. Allí coimearon a un secretario, y pudieron acceder al ascensor que los ministros usan con exclusividad.
Los mosquitos, con ventosas colocadas en las patas, se instalaron en el techo del elevador. Cuando Peppo, pasadas las 22, ingresó al ascensor para retirarse a su departamento, los aedes esperaron el momento oportuno para actuar. El ministro hablaba por celular con Villa Angela, averiguando cómo marcha la organización del próximo carnaval, cuando dos guerrilleros aegyptistas bajaron hasta su nuca, y extrajeron de sus mochilas agujas hipodérmicas con la que inyectaron el virus.
Peppo pegó de inmediato un manotazo, que alcanzó parcialmente a los dos comandos. Uno de ellos murió al instante, aplastado. El otro, herido de gravedad, extrajo de su reloj una pastilla de cianuro con la que se quitó la vida, para evitar caer en manos de la Policía del Chaco y ser torturado hasta dar información sobre la ubicación de Sigourney Agaronius. Los cuatro aedes que observaban, huyeron e infomaron sobre la concreción del operativo.
Ayer, en el domicilio del ministro había un clima de profundo dolor y preocupación desbordada. Un hermano del funcionario dijo que la familia espera ansiosa el resultado de análisis enviados a Buenos Aires para saber si Peppo podrá o no bailar en los carnavales villaangelenses de 2010. En ese entorno, además, no se descarta que el ministro Aldo Leiva haya oficiado de "entregador", para posicionar mejor a los corsos de su propio municipio, General San Martín.
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